Carta Pastoral: Jornada “Pro Orantibus”
18 mayo de 20161. Deseo hacerme eco ante las comunidades parroquiales e instituciones diocesanas sobre esta Jornada anual, en que destacamos la vida de los contemplativos y contemplativas en nuestra Iglesia particular de Jaén. Será el próximo domingo, 22 de Mayo, Solemnidad de la Santísima Trinidad.
Queremos, ante todo, mostrarles nuestra gratitud, por sus carismas que nos enriquecen a todos. Desde su separación del mundo se encuentran íntimamente unidos a Jesucristo, Nuestro Señor. Con su vida de oración y escucha de la voz nítida de Dios, desde su silencio, nos recuerdan que “no sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios” (Mt. 4,4). Han decidido vivir sólo para Dios y para su amor. Sus vidas son, para todos nosotros, lámparas encendidas que abren paso en esta Iglesia peregrina de Jaén.
2. Contemplad el rostro de la misericordia, nos dicen en este año jubilar.
Ellos son los primeros testigos de la misericordia de Dios, porque mantienen viva la experiencia del perdón de Dios, tienen muy clara su conciencia de ser personas salvadas y se sienten renovadas y envueltas continuamente por la santidad de Dios. Son así, para nosotros, ejemplo de confianza en la misericordia de Dios, que nunca nos abandona.
Las personas contemplativas nos ayudan a recordar, asimismo, que el seguimiento de Jesucristo supone optar libremente por seguir sus verdades, no las nuestras, y desprendernos de todo lo que no esté conforme con su Evangelio. La opción valiente de la persona contemplativa es una invitación continuada para los demás, de lo que implica y conlleva el seguimiento de Jesucristo. Dar la vida por lo que se cree.
3. Aunque no pocas nubes se ciernen sobre el horizonte de hoy sobre la vida contemplativa, también cerca de nosotros, hemos de estar seguros, y plenamente confiados, de la fuerza del Espíritu Santo que sopla por doquier en la Iglesia y en el mundo. Están apareciendo, incluso, nuevas formas de esta consagración, en consonancia con las nuevas exigencias de nuestro tiempo.
Damos gracias a Dios por la riqueza de la vida contemplativa. Sus ejemplos suscitan, en no pocos jóvenes, el deseo de seguir a Cristo para siempre. El Señor sigue llamando.
Nuestro agradecimiento y nuestro apoyo a las personas consagradas al Señor, particularmente a los contemplativos y contemplativas de esta Iglesia. Roguemos a Dios por su perseverancia y entrega plena a su vocación, al tiempo que les pedimos recen diariamente por todos los fieles diocesanos.
Con nuestra felicitación y saludo en el Señor.
15 de Mayo de 2016
+ Ramón del Hoyo López
Obispo Adm. Apostólico