Campamentos de verano de la parroquia de San Ildefonso de Jaén
3 septiembre de 2015 Bajo el lema “Ser reflejo de luz en el mundo” 51 jóvenes del grupo de adolescentes Kairós y de jóvenes Youcat acompañados de los monitores y del párroco D. Pedro Ortega Ulloa emprendimos esta aventura que tuvo lugar en Coto Ríos.
Comenzamos la primera jornada con intrigantes juegos en el bus, la oración inicial, la distribución en grupos, el reparto de pañoletas, el sorteo del “Amigo Invisible” y una primera dinámica para conocernos con la que recordamos el V Centenario del nacimiento de Santa Teresa de Jesús formando entre todos la frase “Como es tanta la penuria de los tiempos que hoy pasamos, requiere Dios amigos fuertes para sustentar a los flacos.”
Ubicados los macutos, pañoleta al cuello y hechas las presentaciones oportunas llegó el momento de refrescarse en el río.
Tras la comida compartida, momento de descansar mientras realizamos una manualidad y acto seguido comenzamos nuestro primer taller “Ser reflejos de luz en el mundo” que nos llevó a comprender el sentido de este campamento.
Nos dividimos por grupos y con la metodología “ver, juzgar y actuar” descubrimos las obras de misericordia y comenzamos a reflexionar sobre cómo llegar a ser reflejos de luz en el mundo mirando desde el amor, siendo lumbre en la hoguera de la ilusión, descubriendo a Jesús en nuestra vida, haciendo que nuestra alegría resuene en todos, contagiando nuestra fe a los demás, parando las injusticias, colaborando con el regalo de Dios, aprendiendo a adquirir compromisos, sirviendo a los hermanos…
¿Y después? ¡A refrescarse en la piscina! Repusimos fuerza durante la cena y pasamos la noche con una divertida Gymkana con la que todos lo pasamos genial. Mientras, nuestro magnífico equipo de cocina junto a nuestro párroco, ¡prepararon más de 100 bocadillos para el día siguiente!
Antes de dormir, reflexionamos sobre todo lo que podemos cambiar el mundo a través de una “cadena de favores” si cambiamos primero nosotros mismos y en oración dimos gracias al Señor por las alegrías del día, pedimos perdón por las veces que hicimos sufrir a los demás y le pedimos su protección.
¡Llegó nuestra segunda jornada! La comenzamos con el rezo de Laudes y emprendimos nuestro camino hacia el río Borosa. Durante el camino conocimos más a Jesús de la mano de su bendita Madre, la Virgen María, rezando el Santo Rosario y el Angelus. También descubrimos un poco más a San Francisco y rezamos el Cántico de las Criaturas. Caminar, rezar, jugar, saltar, charlar…al agua una y otra vez, así pasamos una jornada estupenda en plena sierra de Segura. Para todos, ha sido una experiencia increíble el poder encontrarnos con Dios a través del regalo que nos hace en la naturaleza.
Vuelta a casa, baño en la piscina para relajar músculos, riquísima cena para recuperarnos de la intensa caminata y ensayo de cantos para la Eucaristía.
¿Y por la noche? Un poco de marcha con el karaoke y una mirada al impresionante cielo de la sierra gracias a la observación astronómica.
Amaneció nuestro tercer y último día de campamento y como siempre, antes que nada, nos pusimos en las manos del Señor.
En este día conocimos al niño esclavo Iqbal Masih y reflexionamos sobre la esclavitud infantil.
A continuación, nuestro párroco nos habló del sacramento de la confesión, de cómo descubrir qué aspectos hay en nuestra vida que no van bien y que no se corresponden con el amor de Dios para poder hacer un buen examen de conciencia que nos conduzca a reconciliarnos con el Señor.
Tras ello, llegó el colofón de los campamentos: celebramos la Eucaristía, una Eucaristía de acción de gracias.
Tras ella, revisión del campamento, comida y ¡vuelta para Jaén! Cansados, contentos, con nuevos amigos, un montón de momentos inolvidables… y lo más importante ¡¡¡llenos de Dios!!!
Y es que durante este campamento hemos buceado hasta el fondo para llegar al conocimiento auténtico de nosotros mismos, de los demás y del mundo en el que vivimos. Durante esta inmersión Dios nos ha acompañado y ahora nos sigue ayudando para conseguir ser reflejos de luz para el mundo con nuestra vida.
Es indescriptible la sensación de, pese a tantas pobrezas, limitaciones y pecados poder ser instrumento de Dios, saberse aliento que puede reavivar la llama de la fe de los hermanos. Pensar que si cada uno pone al servicio de los demás los dones que Dios le ha dado, y se aúnan esfuerzos se puede hacer algo muy grande.
Muchas veces cuando nos desprendemos de todo aquello que nos ata, .encontramos a Dios en lo más sencillo. En una palabra de cariño, en unos “buenos días”, en un “¿quieres un poco de agua?”, en un “vamos a tirarnos juntos a la piscina”, en las manos que con tanto cariño preparan la comida, en la catequista que nos visita porque siempre está dispuesta a colaborar con los jóvenes, en el sacerdote incansable que siempre camina a nuestro lado y nos enseña con cantos a alabar a Dios, en quien pone su voz y su guitarra para alegrar la misa, en los traviesos e incansables monaguillos, en las “ahogaillas” de los amigos, en las pequeñas que con la ilusión del campamento están llenas de fortaleza, llenas de Dios, y no hay ruta que se les resista, en los que son capaces de salir de su círculo, vencer la timidez y conocer a nuevos amigos, en todos aquellos que vencieron sus miedos, vergüenzas, prejuicios…y se animaron a participar en una actividad parroquial, en la cara de curiosidad e incertidumbre de las chicas que se asomaban a la iglesia asombradas al ver a tantos jóvenes celebrando la Eucaristía en su parroquia, en el cielo repleto de estrellas…
Doy gracias al Señor por este campamento que me ha regalado porque todas las preocupaciones que nos inquietaban durante los preparativos, Dios las fue disipando haciéndose servir de gente maravillosa. ¡Muchas gracias a todos! La aventura continua… ¡nos vemos en septiembre en San Ildefonso!
Más información en su blog: jovenes.basilicasanildefonso.es