A D. José Luis Cejudo por sus años al lado de la Pastoral Penitenciaria
5 junio de 2024Al concluir la labor pastoral de D. José Luis Cejudo como Delegado de Pastora Penitenciaria, el pasado mes de septiembre, las Trinitarias de Andújar quisieron hacer público este agradecimiento por su entrega infatigable al frente de este servicio diocesano, y el amor a Jesucristo derramado a través de los privados de libertad.
D. José Luis, en su humildad, pidió a las trinitarias no hacer pública la misiva, “porque no era el momento”. Ahora, tras su fallecimiento, hacen público este texto agradecido a un sacerdote que vivió el Evangelio a través de los últimos.
En nombre de la familia de oración, que nos ha unido durante tantos años en torno a la Pastoral Penitenciaria de Jaén, le escribimos estas sencillas líneas, al terminar su tarea como Capellán del Centro Penitenciario Jaén II y Delegado Episcopal de Pastoral Penitenciaria, y lo hacemos para dar gracias a Dios Trinidad por habernos dado en usted un guía según su corazón, y a usted, particularmente, por sus numerosos años de servicio infatigable. Nuestra comunidad ha sido testigo de ello desde el principio de su misión. Humanamente sentimos que esta etapa llegue a su fin, pues, junto a usted hemos vivido años de entrega fiel, generosa, alegre y cercana, que creemos que ha repercutido en el bien de muchos hermanos y hermanas privados de libertad.
Entrega generosa porque, en cada necesidad, en cada llamada de teléfono, en cada urgencia de oraciones (y así podemos testimoniarlo de primera mano), no se percibía un deseo de quitarse problemas de encima o de cumplir, sino un interés incansable por el bien de los hermanos y hermanas más necesitados de ayuda.
Entrega alegre, que nos hace guardar en nuestra memoria su sonrisa amplia y optimista, ese talante familiar y risueño del que ha puesto su confianza en Dios, que saca bien de todo mal y que dirige sabiamente la nave de su parcela eclesial.
A lo largo de estos años hemos aprendido mucho de usted, sobre todo a afrontar todas las situaciones, por difíciles que fueran, con la confianza puesta en Dios, que como Padre quiere lo mejor para nosotros. Usted sabe muy bien que en muchas ocasiones hemos visto la mano providencial de Dios en casos muy difíciles, valiéndose de lo más insignificante y humilde. También, se nos ha quedado muy grabado su discernimiento de que no todo lo podemos solucionar y que nuestro papel es la mayoría de las veces, el de estar como María al pie de la cruz. Ella no podía bajar al Hijo de la cruz, pero estaba allí. Tampoco nosotros, junto con usted, hemos podido hacer todo lo que hubiéramos querido, pero queremos seguir estando al pie de la cruz. Usted mejor que nadie nos ha mostrado siempre la semejanza de las situaciones que se nos presentaban o que usted nos hacía llegar, con el Evangelio.
Entrega, también, porque su presencia ha constituido la columna vertebral del acompañamiento a la Pastoral Penitenciaria. Con usted hemos gustado la alegría de estar junto a los hermanos privados de libertad, y a dar gracias al Señor por volver cada uno a su lugar de misión más contentos. La verdad, es que no sabemos cómo lo hacía, pero siempre ha tenido una solución o una respuesta convincente.
Que Dios le pague con creces la labor de estos años, aunque sabemos que, para usted, ha supuesto un honor y una gracia más que un trabajo pesado. A Él, que lo eligió con amor infinito, le pedimos lo siga guiando y llenando su vida y ministerio sacerdotales en la nueva etapa junto a los ancianos. Se lo pedimos con el corazón apenado, por un lado, pero contentas y agradecidas por otro. No podemos dejar de invocar para usted la protección y la intercesión de nuestra Patrona, la Virgen de la Cabeza. Ella, que lo ha acompañado, que lo siga haciendo con su ternura de Madre.
Reciba un fuerte abrazo de todos y cada uno de los miembros de su familia de oración.
Familia de oración para la Pastoral penitenciaria
Monjas Trinitarias de Andújar
Octubre de 2023