Pensiones pobres a pesar del trabajo
22 febrero de 2010 La HOAC, como trabajadores cristianos que somos, llevamos 64 años compartiendo la situación del mundo obrero y del trabajo. En este tiempo, la economía española ha tenido etapas de crecimiento muy importante, y etapas de crisis. Pues bien, no recordamosque el Fondo Monetario Internacional ni el Banco Central Europeo ni la OCDE ni el Banco de España hayan indicado al Gobierno la conveniencia de subir los salarios olas pensiones. Cuando la economía está en periodo decrecimiento nuestros salarios deben contenerse para controlarla inflación; y cuando está en crisis, no deben subir para favorecer la continuidad de las empresas y la creación de empleo.
Después del acoso recibido por parte de estas instituciones, el Gobierno presenta su propuesta para reformar el sistema de pensiones. Sus líneas generales son: retrasar la edad de jubilación, ampliar el periodo de cotización para el cálculo de la pensión y limitar el derecho a la pensión de viudedad. En los próximos meses, cuando se concreten las medidas propuestas, volveremos a valorar sus consecuencias para nuestras vidas. Ahora, queremos mostrar nuestra preocupación por las tendencias que se observan. La primera tendencia es el crecimiento de la pobreza a pesar del trabajo. Es decir, el incremento del número de trabajadores que son pobres a pesar de estar trabajando.
Esta ha sido una de las constataciones del seminario organizado por la LOC de Portugal y celebrado a finales de enero en Guimaraes, y al que hemos asistido la HOAC y representantes de los movimientos especializados de Acción Católica de Alemania, Francia, República Checa y Portugal. Esta pobreza, además, se refleja en la disminución de los ingresos de la Seguridad Social, disminución debida a que hay menos trabajadores cotizando y a que los que cotizan tienen salarios más bajos.
La segunda tendencia, puesta de manifiesto en este seminario, es la creciente precarización del empleo. El empleo estable y de calidad está siendo sustituido por el empleo precario. Esto supone que los trabajadores vamos a necesitar muchos más años de nuestra vida laboral para alcanzar los treinta y cinco años de cotización necesarios para percibir el total de la pensión. La consecuencia esque muchos trabajadores vamos a ver reducida nuestra pensión en un porcentaje significativo al no poder cotizar este número de años.
La tercera tendencia es la alta tasa de desempleo juvenil y el retraso de la edad para incorporarse al mercado del trabajo. Con treinta años eres aún joven para incorporarte al mercado de trabajo, y con cincuenta eres demasiado mayor para que te contraten y permanecer en él. Lo que supondrá una gran dificultad para que estos jóvenes puedan alcanzar los treinta y cinco años de cotización.
Estas tres tendencias ponen de manifiesto, más que la crisis de la Seguridad Social, la crisis del sistema de producción y consumo que, orientado al crecimiento especulativo del beneficio por el beneficio, se ha convertido en un lastre para la economía productiva, para el empleo y para la vida. La Iglesia venimos diciendo que «los medios de producción no pueden ser poseídos contra el trabajo, no pueden ser ni siquiera poseídos para poseer. Su posesión se vuelve ilegítima cuando o sirven para impedir el trabajo de los demás u obtener unas ganancias que no son fruto de la expansión global del trabajo y de la riqueza social, sino más bien de su limitación, de la explotación ilícita, de la especulación y de la ruptura de la solidaridad en el mundo laboral» («Laborem Exercens», 14; «Caritasin Veritate» A, 43). Este es el problema y, evidentemente, no se resuelve incrementando la pobreza de los trabajadores.
HOAC
José Ignacio Gámez Mesa
Responsable Diocesano de Difusión
DNI: 25934270E