Fe convertida en compromiso: Homenaje a los equipos de Cáritas Parroquial
20 diciembre de 2008 En estos días, en que los cajeros de los bancos se han convirtiendo en modernos “portales de belén”, quiero hacer un humilde homenaje a los equipos de Cáritas Parroquial, que están echando el resto en la atención a las personas que buscan trabajo en nuestro olivares.
Casi no han salido en los medios de comunicación social, alguno de ellos muy preocupado por tapar la deficiente respuesta de algunos ayuntamientos, que son los que, realmente, tienen responsabilidades y medios para responder al problema. No necesitan publicidad ni halagos, se toman muy en serio lo de “que la mano izquierda no sepa lo que hace la derecha”, les mueve la fe convertida en compromiso. Sí, esa misma fe en Cristo Resucitado que algunos políticos quieren arrinconar en “lo privado” y los cristianos nos empeñamos en poner al servicio de la sociedad y de las personas.
Podría contarles mil detalles que estos días me han ido llegando desde Úbeda, Beas de Segura, Torredelcampo, Villanueva del Arzobispo, Alcalá la Real, Jaén (capital), Vilches, Villacarrillo,… detalles de entrega, de disponibilidad, de tiempo “robado” a la familia, de bocadillos y café con leche convertidos en acogida, de iniciativas que involucran a toda la comunidad, incluso más allá de la comunidad parroquial. A la vez, este trabajo de mano extendida, quiere ser protesta y reivindicación ante la tibia respuesta de algunas administraciones que prefieren ver gente en la calle “para no hacer efecto llamada” o piden “tiempo y paciencia” ante el frío y el hambre.
Muchos de estos “náufragos en el mar de olivos” no han encontrado un tajo que les sirva de tierra firme, seguirán buscando en la cosecha de la fresa, o de la naranja y también encontrarán la mano extendida de otros equipos de Cáritas. Y después de todo, ya sabéis hermanos: siervos inútiles que hacen lo que de deben hacer, esa es nuestra vocación y la misión sigue, otros requieren de vuestra fe, vuestra alegría y vuestra esperanza.
¡Gracias por vuestro testimonio!
Juan Raya Marín,
Vicario Episcopal de Caridad