Taller de vida y oración en la Comunidad de Trinitarias de Martos

28 junio de 2013
     Soy monja contemplativa y pertenezco a la Comunidad de las Trinitarias de Martos. Durante 15 semanas hemos tenido una experiencia de oración bajo la guía de M. Angustias. A petición suya voy a decir unas palabras sobre la experiencia que hemos vivido durante este tiempo.  

     En primer lugar quiero dar gracias a nuestros amigos Lourdes y Julio, que suelen venir a visitarnos, y siempre hablan de Dios y sobre la oración. Un día me dijeron que estaban haciendo un taller de oración. Estaban entusiasmados, y dijeron que para ellos no era la primera vez que lo hacían, porque ya lo habían practicado antes, y habían comprobado que eso es una experiencia muy buena que ayuda mucho a quienes buscan acercarse a Dios por medio de la oración. 
     Yo, que soy extranjera, no sabía qué es un taller de oración. Ellos me lo explicaron, y me entró la curiosidad, por lo que les dije: ¿No podrían venir también a nuestro convento? 
     Ellos se ofrecieron para hablar con los responsables. Pero, claro, yo no podía aceptar sin contar con el parecer y el consentimiento de la Madre Priora y de la Comunidad. La Madre ya sabía muy bien qué es un taller de oración, y estuvo de acuerdo en hacer la experiencia. Y también lo estuvo la Comunidad cuando fue consultada. Además, tenemos en comunidad las cintas de P. Ignacio Larrañaga sobre la oración, y las escuchamos a menudo, sobre todo en el comedor mientras comemos,  y nos gustan.
     Empezamos en febrero. Somos 12 monjas profesas solemnes, de diversas nacionalidades. Todas hicimos el taller con mucha ilusión y quedamos muy agradecidas a Dios y a nuestra guía, porque aprendimos mucho y tuvimos una muy buena experiencia. Como contemplativas que somos, sabemos que hay muchos métodos que sirven para abrir caminos hacia la oración. Todos ellos son buenos mientras ayuden a encontrarse con el Señor, pero ninguno de ellos es la oración en sí, porque la oración es siempre un don del Señor.  
     En el taller, cada día teníamos un método diferente, y eso enriquece. Al final hicimos un día de desierto. La verdad es que todas nosotras pasamos  unas horas muy buenas con él Señor. Las Hermanas mayores ya habían tenido antes esta experiencia en varias ocasiones, pero para las más jóvenes ha sido una experiencia nueva. Esperamos que en adelante nos ayude en nuestra oración diaria, en los días de retiro o de ejercicios espirituales, e incluso en nuestras celebraciones particulares. Queremos aprovecharnos de todo lo que el Señor pone a nuestra disposición para servirle mejor.
     Después de esta primera experiencia, me atrevo a decir a las personas que buscan acercarse más a Dios por medio de la práctica de la oración, que esto del taller no es tiempo perdido, sino todo lo contrario, porque es muy positivo y abre caminos para acercarse a Dios. 
     Al mismo tiempo agradezco a quienes nos guiaron en esa experiencia, y les doy la enhorabuena por ejercer esa tarea como un modo de evangelización, sobre todo durante el Año de la Fe. «La mies es abundante, y los obreros pocos»,  dice el Señor, por eso, ante la escasez de vocaciones religiosas y sacerdotales, es muy importante que los laicos conscientes de su pertenencia a la Iglesia, se empeñen en estas tareas evangelizadoras y pastorales. Por mi parte, siempre pensé y sigo pensando que España sea un país cristiano, pero me extraña y apena el ver que hay muchísima gente que ha abandonado la práctica religiosa y tantos que viven al margen de la Iglesia a la que pertenecen. 
     Por eso, me gustaría decir a todos los que leyeren estas líneas: «Si Dios nos regala 24 horas cada jornada, ¿no sería justo y educado que nosotros le dedicáramos unos minutillos cada día?» Seguro que nos sentiríamos más felices y nos pesarían menos nuestras preocupaciones. Él nos espera siempre con los brazos abiertos. No hace mucho, el Papa Francisco dijo: “Dios está siempre esperándonos, y perdona siempre. Antes nos cansaremos  nosotros de pedir perdón que Él de perdonar»… 
     Sin duda, los talleres de oración y vida son una muy eficaz ayuda para encontrarse con Él.

Sor Jessy O.SS.T.
Trinitaria de Martos

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