Una veintena de jóvenes participa en los encuentros vocacionales ‘Manuel Aranda’
7 julio de 2011El Centro Vocacional ‘Manuel Aranda’ organiza a lo largo de todo el curso una serie de encuentros vocacionales que se celebran una vez al mes. Además, organiza un encuentro de fin de curso en el que los jóvenes pueden convivir a lo largo de tres días. Así, del 29 de junio al 1 de julio tuvo lugar, en el Seminario Diocesano, la convivencia de fin de curso en la que participaron 25 jóvenes procedentes de multitud de localidades de la provincia de Jaén. “Han venido 21 jóvenes de distintos pueblos de la Diócesis: de Marmolejo, de Villacarrillo, de Sabiote, de Jaén, de Torreperogil, de Villanueva del Arzobispo, de Noalejo, de la Iruela, de Torredonjimeno, de Mancha Real, de Mengíbar, de los Villares y de Jabalquinto. Además, también han participado los Seminaristas Menores”, asegura José María Romero, Rector del Seminario Menor y miembro del Centro Vocacional ‘Manuel Aranda’.
El fundamento de dichos encuentros es despertar la vocación sacerdotal de en los adolescentes y jóvenes que participan en ellos. “A lo largo de todo el curso con textos del Evangelio como pueden ser las vocaciones de María, de los Apóstoles, de los Profetas, de Moisés… a través de la reflexión de estas mismas vocaciones vamos descubriendo señales y rasgos que a ellos les pudieran venir bien a la hora de plantearse su propia vocación. En las convivencias presentamos, también, a un Santo Sacerdote. Por tanto, no sólo vemos la vocación, sino toda la experiencia sacerdotal y el servicio sacerdotal, porque a ellos les ayuda mucho conocer testimonios”, explica el Rector del Seminario Menor.
Desarrollo del compañerismo, ayuda en la fe, seguridad en la decisión o conseguir evadir el miedo a la llamada de Dios… son algunos de las cuestiones en las que contribuye este tipo de encuentros.
“En las convivencias hay muy bien ambiente y se lo pasan muy bien. Todas las actividades: la presentación del Apóstol San Pablo, el Vía Crucis, la celebración penitencial, las mesas redondas… todas son muy dinámicas y atractivas. Y si además de pasárselo bien, va uno cogiendo a San Pablo, no sólo con la cabeza, sino también con el corazón, pues nos enriquezcamos mucho. Por eso quiero animar a los jóvenes, a los adolescentes a que se planteen el tema del sacerdocio, de la vocación… porque aunque en las orientaciones profesionales no aparece el sacerdocio, ciertamente es una opción más. Una opción que llena una vida, que llena un corazón y que es capaz de contagiar alegría y esperanza todos los jóvenes, mayores o enfermos. Realmente merece la pena ser sacerdote y plantearte la vocación”.
El encuentro culmina el día 2 de julio con la ordenación sacerdotal del diácono Germán Aguilera, alumno del Seminario Mayor Diocesano. “La ordenación es algo que a los chicos les llama la atención. Ser testigos de una ordenación les cala muy hondo”, afirma Romero.