La música como instrumento para evangelizar
18 febrero de 2019Más de doscientas cincuenta personas, pertenecientes a más de 30 coros, llegados desde todos los puntos de la Diócesis, se dieron cita en el Seminario, para participar en el II Encuentro diocesano de Coros, organizado por la Vicaría de Culto y Espiritualidad y Vocaciones.
La jornada, presidida por el Obispo de Jaén, Don Amadeo Rodríguez Magro, dio comienzo con una oración. Después, el Prelado tomaba la palabra para dar la bienvenida a los asistentes y al invitado de ese encuentro. Comenzó su intervención explicando el interés que tenía en los coros para convocarlos, formarlos… «porque de vosotros dependen muchas cosas: la comunidad reza como vosotros cantéis; y reza con lo que vosotros cantéis». A lo que Don Amadeo añadió, «tenéis en la vida de la Iglesia, y en esta Iglesia en Misión en la que estáis, un papel muy importante, porque los cantos, no sólo en la música, sino también en la letra, tienen una dimensión profunda y espiritual». Les explicó que como coros están al servicio de la vida litúrgica de las parroquias, y afirmó, «queremos tener unos coros que sintonicen con la vida de la Iglesia en este momento; con las necesidades de la Iglesia, con los planteamientos de la Iglesia; con sus necesidades y sobre todo que sintonicen con una Iglesia misionera, que sepáis que vuestra participación en la vida litúrgica, es imprescindible».
Al finalizar sus palabras, el Vicario de Culto, D. Raúl Contreras presentó al ponente escogido para este año, D. Óscar Valado, sacerdote y responsable del área musical de la Conferencia Episcopal Española. Valado expuso, de forma magistral y profundamente didáctica, la charla «Cantar la misa o cantar en la misa?». Antes el Vicario quiso dar las gracias a todos los asistentes por su participación en este encuentro, «ya que sois, los coros, un camino privilegiado de evangelización». Y añadió, «representáis la variedad y la riqueza de esta Iglesia de Jaén que, especialmente en la Eucaristía, representa lo que es y lo que vive, un sólo cuerpo, que canta con una sola voz, una misma fe. Una fe que no podemos ni queremos callarnos, sino que queremos gritar para que resuenen en el corazón de cada hombre y mujer de nuestra tierra».
Por su parte, el sacerdote gallego, D. Óscar Valado, en un tono muy cercano, ofreció su ponencia, con marcado acento práctico. Dividió su charla en tres bloques: formación, orientación y recursos. Comenzó explicando que la finalidad de la música liturgia es «glorificar a Dios y santificar a los hombres»; para repasar la evolución de la música en la liturgia de la Iglesia. Destacó que en este tipo de música, «lo más importante es el texto». Después ofreció las disposiciones generales para ofrecer la música adecuada en la Eucaristía, explicando cuáles eran las letras adecuadas y de dónde podrían obtener el repertorio para preparar la Misa dominical. Una charla tremendamente interactiva que sirvió de formación para todos los asistentes.
Después de una breve pausa para el café, los coros se dividieron en dos talleres: vocal e instrumental. El encargado del taller vocal, Javier Lendínez, director del grupo musical litúrgico, EscuchArte, dio claves de técnica para las voces de los coros.
Por su parte, el director del Coro y Orquesta, MusicAlma, José Gregorio Trujillo, ofreció a los instrumentistas una clase magistral para el uso de los instrumentos en la Misa. Fueron muchos los participantes que acudieron acompañados por sus instrumentos: guitarras; órganos; oboes; violonchelos; flautas; violines; instrumentos de percusión.
Ambos talleres se unieron para un ensayo general de los cantos que iban a interpretar en la oración final con la que se iba a concluir este encuentro.
Tras una comida compartida, y bajo la batuta de José Gregorio, la oración se hizo música. Voces e instrumentos acompasados para ser testimonio evangelizador de la Iglesia peregrina de Jaén. Una oración ante el Santísimo que contó con las voces y la música de personas jiennenses comprometidos con su Iglesia, a través de los coros parroquiales, que al unirse elevaron una plegaria de alabanza y gloria a Dios.