Las Siervas de María se despiden de Jaén con una Eucaristía de acción de gracias
18 julio de 2018La S.I. Catedral de Jaén, acogía el pasado martes, 17 de julio, la Eucaristía de despedida y acción de gracias a las Siervas de María.
Dicha Eucaristía estuvo presidida por el Obispo de Jaén, Don Amadeo Rodríguez Magro y concelebrada por una decena de sacerdotes, entre ellos el Vicario de Asuntos Económicos, el Canciller-Secretario, el capellán de la congregación y el Rector del Seminario Diocesano.
Asimismo, numerosos fieles y amigos de las religiosas quisieron arroparlas en esta celebración tan especial.
Homilía
Durante su homilía el Obispo quiso comenzar haciendo un repaso a la historia de la congregación y recordó que ha estado presente en Jaén durante más de un siglo, al servicio de los enfermos. “Hoy estamos celebrando 132 años de presencia en Jaén de las Siervas de María. Hoy no es día de llorar ni de entristecerse”. Y continuaba: “damos gracias a Dios por todo lo que él nos ha ido dando y nos ha ido dejando a través de este instituto religioso y del servicio de las Siervas de María, ministras de los enfermos”,
Don Amadeo quiso dar las gracias, también, a las religiosas, por ser modelo de la misericordia del Señor. “Gracias, muchas gracias, por habernos ayudado a ver al que sufre y al enfermo, por habernos ayudado a ver a Jesucristo. Muchas gracias por ser testigos de la misericordia del Señor y por ser modelo para nosotros de esa misericordia”.
Asimismo, reconoció que “nos habéis mostrado la ternura, la compasión, la misericordia de la Virgen, de María. Vosotras vivís este sentido profundamente mariano en vuestra congregación y en vuestra vida, gracias al ejemplo y al modelo de vuestra fundadora María Soledad Torres Acosta. Quiso llamarse María porque quería llenar e impregnar su corazón de la Santísima Virgen y ponerla siempre en esa constancia en el servicio. Vosotras tenéis siempre como horizonte de vuestro ministerio y de vuestra vida poneros en manos de la Virgen de la Salud”.
Antes de finalizar el Pastor Diocesano quiso subrayar su “testimonio de vida, de sencillez y de santidad” y les prometió que “rezaremos mucho para que el Señor envíe vocaciones”.
“Que la Santísima Virgen de la Salud os acompañe. Le pedimos que os proteja y os ayude, al mismo tiempo que se lo pedimos también a Santa Soledad Torres Acosta. Y a Dios, nuestro Señor, le pedimos que os bendiga, os siga protegiendo y, sobre todo, que os siga dando santidad y fidelidad para servir a los demás”, culminaba.
Agradecimiento de las Siervas de María
Por su parte, la Superiora Provincial, la Madre Encarnación Rodríguez, quiso hacerse eco de los sentimientos de las hermanas “que han vivido aquí y que en medio de su dolor no dejan de reconocer que el Señor ha estado grande con ellas y con los jiennenses lo largo de estos años”.
“Como ocurre con otras congregaciones -aseguraba- la nuestra está sufriendo también una sequía vocacional que nos obliga a tomar esta dolorosa decisión de tener que suprimir una comunidad. Es una decisión que conlleva dolor, aunque con la esperanza puesta en las palabras de Jesús de que el leñador poda para que el sarmiento de más fruto”.
La Superiora quiso dar las gracias tanto a Don Amadeo, como a los sacerdotes y a los fieles diocesanos. “Nuestros sentimientos quedan expresados en una palabra: Gracias. Gracias en primer lugar al Señor por su fidelidad, por su amorosa providencia de cuidarnos estos largos años. Gracias a esta Diócesis de Jaén, donde sus Obispos y sus sacerdotes nos han acogido, ayudándonos a crecer en nuestra fe y en nuestra consagración para hacer fecunda nuestra vida. Gracias a todos vosotros por acogernos abriendo las puertas de vuestros hogares y de vuestros corazones y por esa repetida confianza al entregar a nuestros cuidados a vuestros seres queridos, vuestros enfermos”.
Y finalizaba con un agradecimiento también a sus hermanas. “Quiero dar también las gracias a cada una de mis hermanas: las aquí presentes, las ausentes, las que han partido a la casa del Padre y que hoy hemos querido hacer presentes, ofreciendo el anillo de la última hermana que ha fallecido en esta comunidad. Les agradezco a ellas, porque a pesar de ser pobres instrumentos, han desempeñado el sacerdocio del dolor como María al pie de la cruz, con actitud de fe contemplativa”.
La celebración culminaba con una foto de familia y el abrazo de despedida de todos los presentes.
Galería fotográfica: «Eucaristía de despedida de las Siervas de María»