Programa de Fiestas de la Parroquia de San Juan de Ávila de Linares
6 mayo de 2010
¿Quién era nuestro Patrón S. Juan de Ávila?
En un pueblecito de Sierra Morena, Almodóvar del Campo (Ciudad Real); en el año 1499, de una familia rica nació el Santo. Fue un niño piadoso y generoso con los pobres. Sus padres quisieron hacerlo abogado y lo mandaron a la edad de 14 años, a estudiar a Salamanca.
Ya en Almodóvar con la ayuda de su Párroco, sintió la vocación sacerdotal y decidió estudiar en Alcalá, para conocer y amar más a Jesús y poderlo dar a conocer a los demás. El año 1526 se ordenó Sacerdote, vendió todas las riquezas de sus padres, lo dio a los pobres y quería marcharse de misionero a Méjico.
Fue a Sevilla para embarcarse para América, pero el Obispo le convenció para hacer las misiones en Andalucía; pues en nuestra tierra Jesús era desconocido, ya que los musulmanes impusieron su religión y acababan de ser expulsados.
Desde entonces se dedicó a predicar el Evangelio por toda Andalucía, creando colegios para niños pobres, y centros de estudios para Sacerdotes, que luego serian los Seminarios. Fue un gran predicador sus sermones eran muy concurridos y valientes contra la injusticia, por lo que la Inquisición injustamente le llevó a la cárcel, donde aprovechó para escribir sus libros más piadosos, dedicados a los sacerdotes que eran poco cultos en aquellos tiempos.
Evangelizó por numerosos pueblos y ciudades: Sevilla, Córdoba, Jerez, Utrera, Guadix…En Granada ayudó a la conversión de S. Juande Dios y S. Francisco de Borja. En Baeza fundó la Universidad, con un colegio para niños pobres y un centro de estudios superiores para sacerdotes que luego seria el Seminario.
Ya era muy conocido en Andalucía por sus sermones y estando en Córdoba, preparando nuevas misiones, se sintió enfermo y se retiró a Montilla donde murió el 10 de Mayo 1569.
Es el Patrón de los Sacerdotes españoles y el Papa Pablo VI lo canonizó en el año 1970, por su vida de oración, espiritualidad y valentía sacerdotal. También es conocido como el Apóstol de Andalucía.
Hoy hacen falta cristianos que trasladen esa vida a nuestro tiempo, ¿por qué no cualquiera de nosotros?