Más de 150 adultos siguen los pasos de los jóvenes e inician la oración “Face to God” en la Catedral
5 octubre de 2023El Obispo de Jaén felicita a la Delegación de Familia y Vida y anima a los asistentes a ser constantes en esta cita con el Señor.
Recogimiento y adoración. El trascoro de la Catedral de Jaén acogió, este miércoles, la primera cita de la oración “Face to God” —“Cara a Dios” en español—, una iniciativa impulsada por la Delegación de Familia y Vida de la Diócesis de Jaén que sigue los pasos del “Face to face” —“Cara a cara”—, oración que reúne cada miércoles ante el Santísimo a dos centenares de jóvenes en la Cripta del Sagrario. Más de 150 personas adultas asistieron a esta primera cita, que espera convertirse en un espacio habitual de oración cada miércoles, a partir de las nueve de la noche.
Los jóvenes tuvieron un protagonismo especial en este primer “Face to God”. Según se apuntó al comienzo, los jóvenes, a través del “Face to face”, han dado “una lección de fe, constancia y alegría”. “El milagro del ‘Face to face’ es lo queremos para el resto”, se deseó en la ambientación inicial. Asimismo, María Jesús J. Montoro, una joven baezana de 26 años, miembro del Secretariado de Juventud y de la Pastoral universitaria, compartió su testimonio de vida con los asistentes y explicó el origen del “Face to face”. “Parecía una idea muy difícil, muy compleja, muy extraña, pero ha resultado ser el regalo más bonito que nos ha hecho Dios a los jóvenes”, concretó. Relató cómo el grupo inicial fue creciendo poco a poco hasta alcanzar los dos centenares en la actualidad. “Es un espacio de paz que te carga las pilas para el resto de la semana”, subrayó la joven, que defendió que más que un grupo de jóvenes ya son “una familia”. “Vais a experimentar vosotros mismos que Dios os va a hablar cada miércoles. Y luego los jueves, los viernes… Disfrutad y dejaos abrazar por Dios, porque lo que tenéis aquí es un don, un regalo de Él”, sostuvo María Jesús J. Montoro, que excusó su presencia para sumarse al “Face to face” que en ese momento se desarrollaba en la Cripta.
Tras el testimonio y con la exposición del Santísimo, comenzó la adoración. Como ayuda a la reflexión, se leyó el pasaje del Evangelio de la llamada a Natanael y se compartieron preguntas en torno a este, que facilitaron a los asistentes profundizar en la Palabra de Dios. Canciones de Hakuna, Ixcís y Marcela Gandara, interpretadas por un coro, aportaron la ambientación musical a una oración marcada por el recogimiento.
El consiliario de la Delegación Episcopal de Familia y Vida y rector del Seminario, D. Juan Francisco Ortiz, fue el encargado de impartir la bendición con el Santísimo, cara a cara, a los asistentes, por lo que fue recorriendo todo el espacio del trascoro de la Catedral que ocupaban los asistentes.
Tras los avisos pertinentes y el recordatorio por parte de los organizadores de que la cita se mantendrá en el calendario cada miércoles, a las nueve de la noche, tomó la palabra del Obispo de Jaén, Don Sebastián Chico. Comenzó su intervención felicitando a la Delegación de Familia y Vida por impulsar la iniciativa dirigida a los que “acumulan juventud”. Animó a los participantes a hacer un hueco semanal en la agenda para el “Face to God”. Valoró la dinámica de contar con un testimonio de vida al comienzo de cada encuentro. “Irán pasando muchas realidades de nuestra Iglesia que nos predisponen a encontrarnos cara a cara con el Señor, sabiéndonos que estamos unidos a los demás. Por tanto, es un tiempo para sentirnos unidos como Iglesia y unidos a Él”, apostilló Monseñor Chico. El Pastor de la Diócesis jiennense no olvidó pedir que se ore “intensamente” por el Sínodo que acaba de comenzar en Roma. También animó a los presentes a invitar a otras personas a sumarse y a pedir “por el mundo entero” en este espacio de oración.
Al término de la oración, los adultos del “Face to God” y los jóvenes del “Face to face” se encontraron en la Plaza de Santa María donde, además de inmortalizar juntos el recuerdo de esta noche especial con una fotografía, cantaron juntos a María antes de despedirse.
Delegación de Familia y Vida