Los jienenses se llenan de gozo ante el recién nacido
25 diciembre de 2023El Obispo de Jaén, Don Sebastián Chico Martínez, ha presidido la solemne Eucaristía de 11.30 horas, en el primer templo de Jaén, en la mañana de Navidad.
Una entrañable celebración en la que un hermoso Niño Jesús se encontraba a los pies del altar. Además, ha estado solemnizada por las voces blancas de la Escolanía de la Catedral, acompañada al piano por Alberto de las Heras Planchuelo y bajo la batuta de su directora, Cristina García de la Torre. En esta ocasión, los pequeños han acudido, como si del pequeño portal de Belén se tratara, ataviados como pastorcillos que acuden a adorar al Mesías.
Junto al Prelado jiennense han concelebrado el ecónomo, D. Rogelio Garrido, quien además ha proclamado el Evangelio. También han concelebrado la Eucaristía el rector del Seminario, D. Juan Francisco Ortiz y el vice ecónomo, D. Juan Herrera, junto al Delegado de Liturgia, D. Antonio Lara. Las lecturas y la oración de fieles han estado participadas por miembros de la Cofradía de la Buena Muerte.
Homilía
Monseñor Chico Martínez ha comenzado su predicación explicando que con la Navidad empieza todo: “En el día de Navidad no hace falta hablar mucho. A pesar de las muchas interpretaciones falsas que hacemos de la Navidad, este día no pierde su fuerza y su encanto. En este día sale a la superficie lo mejor que hay en nosotros. Navidad tiene el poder de despertar en todos nosotros un deseo de ser mejores. Navidad es un principio, es como un nacimiento nuevo de todas las cosas”. Para, después, pedir al Señor que siga renovando, en todos, el deseo de vivir este tiempo con hondura evangélica: “Pedimos al Señor que nos ayude a vivir con hondura, con coherencia el misterio y el mensaje de la Navidad. Nace el Niño Jesús y nacemos también nosotros, hoy nace y renace el mundo entero”.
Del mismo modo, el Obispo jiennense ha seguido profundizando en el misterio de Belén: “La luz de Belén ilumina las tinieblas del Calvario y de nuestros calvarios. Jesús viene a vivir y morir por nosotros. La alegría de Belén tiene que ayudarnos a comprender y aceptar con esperanza y fortaleza la presencia del sacrificio en nuestro camino, de renuncia de todo aquello que nos aleja del amor verdadero, del dolor en nuestra vida. Todo es humanidad, con Cristo todo es Redención”.
En un curso, éste, en el que la Iglesia de Jaén está dedicada al primer anuncio, el Pastor del Santo Reino ha querido recordar: “Este año de manera especial, en nuestra Diócesis, que reflexionamos sobre “el primer anuncio”, todos estamos llamados a ser estrella que guíe, a ser luz para ayudar a que otros puedan descubrir al que es la verdadera Luz. Porque no podemos guardarnos ni ocultar esa luz. Transformados, como los pastores de Belén, no podemos callar, lo que hemos visto y oído”.
Para finalizar su homilía, ha elevado una oración al Padre para que el mundo que hoy recibe la Luz, sea capaz de llegar a promover la paz entre todos los pueblos y ser solidarios con los más necesitados. “En este misterio de la Navidad está la fuente profunda y verdadera de la paz, de la paz interior y de la paz social entre los pueblos, los diferentes grupos y las personas de tendencias o ideas diferentes. La paz que nos lleva a ser un mundo más solidario, respetando la dignidad de todos y a tener una especial sensibilidad caritativa hacia el más necesitado”
Antes de finalizar la celebración, el Obispo de Jaén ha impartido la Bendición Apostólica a los presentes con indulgencia plenaria para los que, para todos aquellos que, habiendo comulgado y confesado, recen por las intenciones del Papa y tengan el propósito de vivir en comunión plena con la Iglesia.
Como es tradición, al término de la Eucaristía, el Obispo se ha postrado ante el Niño Jesús para adorarlo. Y, después, lo ha acercado a los fieles para que pudieran postrarse ante él, mientras se entonaban villancicos.