La apertura de la Puerta Santa de la Catedral de Baeza inaugura el Año Jubilar Avilista
11 mayo de 2019En el día en el que se conmemoraba el 450 aniversario de la muerte de San Juan de Ávila, la ciudad que lo vio desarrollar su obra cumbre, Baeza, lo recordaba y honraba su memoria y su legado con la apertura de un Año Santo otorgado por la Santa Sede y que se desarrollará bajo el lema, “El pregonero de la gloria de Dios”. El presidente de la Conferencia Episcopal Española, el Cardenal Blázquez, fue el encargado de presidir tan magna celebración.
Acogida en la antigua Universidad
Pasadas las 7 de la tarde, lo esperaba a la puerta de la Capilla de San Juan Evangelista, de la antigua Universidad de Baeza, el Obispo de Jaén, Don Amadeo Rodríguez Magro. Las autoridades locales y miembros de la Universidad de Jaén aguardaban su llegada en el interior de templo para darle la bienvenida a Baeza.
La alcaldesa, Dª Lola Marín, agradeció la presencia en la ciudad del Cardenal Don Ricardo Blázquez. Expresó que es “una satisfacción para Baeza que haya sido elegida sede de esta celebración del Año Avilista, ya que no es sólo un acto que se quede en nuestra provincia, sino que estará abierto a toda España, con lo que eso supone para nuestra ciudad Patrimonio Mundial”. La primera autoridad de Baeza señaló en su intervención de bienvenida a una ciudad, “con un patrimonio importante, no estaría completa sin el trabajo y sin el legado humanista de tantos personajes que han sumado un valor añadido a esta ciudad a lo largo de su historia. Por todo ello, este Año Jubilar es un regalo que se nos hace por parte de la Iglesia, para la ciudad, para conocer más en profundidad la raíz misma, de nuestra historia y una oportunidad de conocimiento de puesta en valor de uno de los personajes más importantes de todos cuantos han pasado por la ciudad de Baeza”.
A continuación, Don Ricardo Blázquez mostró su agradecimiento por la acogida para ensalzar la ciudad de Baeza, que conoció hace unos años, junto a la ciudad de Úbeda, buscando en ellas las huellas de santos con San Juan de la Cruz y San Juan de Ávila. Del mismo modo, resaltó la figura del Apóstol de Andalucía y la importancia en la formación de los sacerdotes de su época, que se adelantó incluso al Concilio de Trento.
Don Amadeo, en su intervención en la Capilla de San Juan Evangelista, recordó las raíces que dejó en esta tierra y en el clero, San Juan de Ávila. Resaltó la presencia del Cardenal Blázquez para inaugurar este acto diocesano, con tanta repercusión para Baeza, y para toda la Diócesis, y animó a participar en los actos que a lo largo del próximo año se celebren en torno a la figura del patrón del Clero español.
Concluida la acogida, el centenar de sacerdotes que participaron en la celebración se revistieron, mientras el Cardenal firmaba el libro de honor de la Hermandad de Las Escuelas, con sede canónica en este Templo. Con el himno de San Juan de Ávila, entonado por los presbíteros, dio comienzo a la celebración litúrgica. El Cardenal dio paso a la lectura de la Bula de la Santa Sede por la que se concede a la Diócesis de Jaén este año Jubilar. El encargado de hacer la lectura fue el Vicario General y Deán de las Catedrales de Jaén y Baeza, Don Francisco Juan Martínez Rojas.
La lectura del Evangelio del Jubileo, dio paso al canto de las letanías y el inicio de la procesión que llevó al cortejo desde la antigua Universidad hasta la Catedral de Baeza. La puesta del sol, el repique de las campanas y el melódico canto mientras se dirigían al Templo de la Natividad, pasando por el Palacio de Jabalquinto o la Fuente de Santa María, crearon una imagen inolvidable de este magno acontecimiento eclesial.
A su llegada, aguardaban al cortejo, el pueblo fiel, autoridades y una representación de guardias jóvenes de la Academia de la Guardia Civil de Baeza.
Ya en la Puerta Santa, el Cardenal tomó un martillo de plata con el que dio tres golpes, mientras pronunciaba, «Yo soy la puerta –dice el Señor–: quien entre por mí se salvará y podrá entrar y salir, y encontrará pastos». (Jn 10, 9).
La Coral Ubetense dignificó, con sus voces, la celebración eucarística.
En su predicación, el Presidente de la Conferencia Episcopal Española ensalzó la figura de San Juan de Ávila, expresando que “La jubilar celebración centenaria es un estímulo para ser agradecidos y dignificados todos con esta historia. En la memoria e intercesión de San Juan de Ávila encendemos nuestra lámpara. Su ardor apostólico enardecerá nuestro celo misionero. En la hoguera de su espíritu y de su vida deseamos animar nuestra llama a veces mortecina. Estos lugares hablan y quienes habitaron y habitan sus casas nos alientan también hoy. En este año jubilar de San Juan de Ávila venimos a aprender de él, dóciles a su testimonio personal y a sus obras, una vida evangélica y apostólica. La memoria del justo es bendita y fuente de bendición”. A la vez que ponderó el haber forjado una escuela de sacerdotes con una impronta diocesana y pastoral: “La “escuela sacerdotal” del Maestro Juan de Ávila fue un espíritu, una orientación, un movimiento; no una institución canónicamente configurada. “Dios le pidió a él y a gran parte de los suyos, solamente eso: ser sacerdotes diocesanos, sin más. Sin aditamentos. A la intemperie del mundo. Con sólo las ayudas generales que la iglesia diocesana puede a su clero proporcionar”.
Agradecimiento del Obispo de Jaén
Después de la comunión y antes de dar a besar la reliquia de San Juan de Ávila, Don Amadeo, Obispo de Jaén, tomó la palabra para expresar su gratitud al Cardenal, Don Ricardo Blázquez, por su presencia en Baeza. A la vez que recordó como es fruto hoy la semilla que hace casi cinco siglos sembró en esta tierra, San Juan de Ávila: “Somos muy conscientes de que el Maestro Ávila, ‘pregonero de la gloria de Dios’, apóstol itinerante por los caminos de Andalucía, la Mancha y Extremadura, no se le puede encerrar en ningún límite ni esquema, porque sería empequeñecerlo. La fuerza de su corazón apostólico traspasó todos los límites y se plasmó en todas las formas posibles de la misión de un presbítero en su tiempo: la predicación, los escritos espirituales, los bíblico-teológicos, la correspondencia, la fundación de colegios, el catecismo, etc”, para añadir, “Si hoy estamos aquí es para afirmar que hay una reliquia que refleja y define el patrimonio material y espiritual del Maestro Ávila; que fue en ella donde puso sus mejores energías y sus mejores discípulos. Es aquí donde se plasma la obra que le ha llevado a ser considerado Patrón del clero español y doctor de la Iglesia. A su servicio puso San Juan de Ávila toda su sabiduría y su santidad. Es en la universidad de Baeza donde se hace institución formativa la escuela”.
Concluida la celebración eucarística, el Cardenal saludó a un numeroso grupo de fieles, así como a los miembros de la Escuela de Guardia Civiles de Baeza. El Presidente de la Conferencia Episcopal Española recibió de manos del Obispo una reproducción de la pintura del pintor jiennense, Francisco Huete, que preside la Capilla de San Juan de Ávila de la Catedral de Baeza.