El clero diocesano rememora a su patrón, San Juan de Ávila, como modelo presbiteral vigente
9 mayo de 2023El corazón del presbiterio diocesano latía ayer al unísono en Baeza, lugar en el que cada año se celebra la fiesta en honor a San Juan de Ávila, patrón del clero español y Doctor de la Iglesia.
Convocados por el Obispo, gran parte del clero de la Diócesis se reunió en la Catedral de la Natividad de la ciudad patrimonial para compartir la Mesa del Altar.
Junto con el Prelado jiennense, Monseñor Chico Martínez, se dieron cita el Obispo emérito, Don Amadeo Rodríguez Magro y el Obispo de Zimbabue, Don Rudolf Nyandoro.
Es, además ésta, la jornada elegida para celebrar el 25, 50 y 65 aniversario de la ordenación sacerdotal del presbiterio de la Diócesis.
La celebración eucarística, que estuvo asistida por los seminaristas, contó con la participación en las lecturas de familiares de los sacerdotes que más tarde iban a ser homenajeados. El Evangelio lo proclamó, D. Melitón Bruque, que celebraba medio siglo de entrega a la Iglesia.
Homilía
Don Sebastián quiso comenzar su predicación felicitando a los sacerdotes que celebraban su aniversario de ordenación, así como a los dos prelados que lo acompañaban, resaltando, de manera particular, la necesidad de dar gracias a Dios por su vida al servicio de la Iglesia y de los hermanos. “En estos años podríamos encontrar sin duda muchas razones para ensalzar vuestros méritos. Habéis entregado la vida día a día, en el servicio fiel a las parroquias, al Seminario, a las mil ocupaciones que la Iglesia, de forma oficial, o personal y privada, ha necesitado de vosotros”. Para añadir, “Nuestro ministerio no termina en nosotros, sino que se apoya en el sacerdocio único, universal y permanente de Jesús. Él es el único sacerdote, el único camino, la puerta abierta entre Dios y los hombres. Puerta que se abrió con la lleve de la Cruz, máxima expresión de servicio y entrega por toda la humanidad”.
Del mismo modo, el Obispo de Jaén se siguió dirigiendo a su clero para, junto a ellos reflexionar sobre su vocación de entrega y servicio: las tres personas divinas. “Ser sacerdote de la Iglesia significa poner nuestra vida de manera singular al servicio de esta obra grandiosa de Jesús, que es preparar los corazones de nuestros hermanos, sedientos del amor de Dios”, y continuó- “Pienso, que nuestra mejor contribución estará siempre en relación con estos tres puntos, que comparto esta mañana con vosotros: VIVIR, ANUNCIAR Y ACTUAR EN FIDELIDAD”.
Para finalizar su exhortación recordando que Dios los ha escogido para ser pastores de su tiempo sin perder de vista la santidad: “Hoy, también es así. Y en este hoy estamos cada uno de nosotros llamados a dar respuesta a una humanidad y cultura que necesitan escuchar más a los testigos que a los predicadores, siendo como es la condición del testigo un fruto inherente de la santidad. Sitiemos la santidad de vida como la hoja de ruta para cada uno de nosotros queridos sacerdotes, pues todo es con Él, en Él y por Él”.
Al concluir la Santa Misa, todos se dirigieron hasta la capilla del Maestro Ávila, para allí entonar al unísono el himno del Apóstol de Andalucía.
Antigua Universidad
Después, los sacerdotes acudieron hasta el paraninfo de la antigua universidad de Baeza, la que creó San Juan de Ávila, para asistir a la lección magistral sobre el patrón del clero español, que este año estuvo a cargo del Dr. D. Alberto García Coronado, delegado Episcopal de Medios de Comunicación de la Diócesis de Cuenca. El sacerdote reflexionó sobre “La renovación pastoral a la luz de las enseñanzas de San Juan de Ávila” señalando la vigencia del ministerio avilista para la actual realidad pastoral.
Homenaje
Fue el delegado para el Clero, D. Raúl Contreras, el encargado de abrir el homenaje para aquellos presbíteros que a lo largo de este 2023 celebran su aniversario de ordenación. En este sentido, Contreras Moreno explicó el valor de la entrega, del ministerio vivido desde la unión con Cristo, Buen Pastor y, de igual manera, fue el encargado de ir llamando a los que recibían el reconocimiento de la Iglesia diocesana por su trayectoria.
En el primer grupo, el de los que celebraban 25 años de sacerdocio: D. Sebastián Moreno Herrera, D. Juan Solís Agudo y D. Francisco Javier Delgado Patón, habló este último en nombre de sus compañeros. Comenzó explicando que había sido él el elegido para “dirigirme a todos vosotros en nombre de los que este año celebramos nuestros 25 años de ministerio sacerdotales en esta Diócesis con gran alegría y gratitud de corazón”. Y añadió: “Quiero agradecer a Dios por su amor y misericordia, por darme la fuerza y la sabiduría para servir a su pueblo fielmente durante todos estos años. Tiempo de admirar, tiempo de agradecer, tiempo de perdonar y tiempo de mirar hacia delante”. “Tiempo de admirar; admirar la obra de Dios. ¡Qué importante es ser contemplativos de la grandeza de Dios”! “Es también tiempo de agradecer, porque el don de Dios es infinitamente más grande que uno mismo, que mis méritos. Ser sacerdote me queda muy grande, es un regalo del Señor”. “Es, también, tiempo de perdonar, porque en el camino de la vida surge en nuestro corazón, en nuestra historia, situaciones que no nos agradaron o que nos siguen lacerando. Hay que perdonar. Muchas veces podemos lastimar sin querer, hay que perdonar como Cristo nos enseñó”. “Pero, también, es tiempo de mirar hacia delante. Mirar lejos. Que el pasado no sea un ancla que no me deje avanzar. Que el pasado no sea tan determinante en mi vida. Que siempre mire con esperanza lo que viene”. “Cada mañana es un nuevo amanecer, un nuevo día, y con él trae nuevas esperanzas”.
En este 2023 celebran sus bodas de oro sacerdotales los presbíteros:D. Antonio Baeza Fernández,D. Melitón Bruque García, D. Juan Herrera Amezcua, D. Eugenio Martínez Manjón, ofm, D. Manuel Peláez Juárez, D. Juan Quiles Clajer, D. José Rodríguez Perales, D. Andrés D. Santisteban Moreno. En nombre de él y de sus compañeros habló D. Melitón Bruque. Comenzó explicando su llamada, el día de su ordenación o su primera confesión. Ante lo que afirmó: “En ese momento sentí que yo no era más que la lámpara que posibilita el que la persona vea la LUZ; eso me obligaba a mantener mi lámpara limpia para que la LUZ no tenga obstáculos para brillar”. Para después describir sus 50 años de ministerio con estas bonitas palabras: “Si en estos momentos me piden que haga una síntesis de todo, solo tengo una palabra que no alcanza a expresar lo que siento: «GRACIAS» porque entiendo que el proyecto más grande que se hizo para el ser humano fue lo que hizo Jesús: darle la dignidad de hijo de Dios y el mostrar el camino del Reino por el que ha de caminar el hombre nuevo es la aventura más fascinante que alguien haya podido imaginar Ser invitado a colaborar con Jesús para realizar ese proyecto, sin tener nada que ofrecer, sin tener fuerzas ni capacidad, sin haberlo merecido por nada. es el regalo más grande que he podido recibir en mi vida, por eso me siento afortunado y sigo diciendo que no hay causa más grande y valiosa que merezca jugarse la vida, que no sea el proyecto del Jesús: establecer el reino del amor de la verdad, de la justicia, de la libertad, de la fraternidad y de la paz”.
De igual manera, fueron homenajeados los sacerdotes que cumplen este año 60 de sacerdocio: D. Julián Moreno Palomares, D. Jesús Simón Peinado Mena y 65: D. José Casañas Llagostera, D. Miguel Medina Molina. De igual manera, se tuvo un emotivo recuerdo al recientemente fallecido, D. Antonio Ruiz Sánchez, a pocos días de haber cumplido los 70 como sacerdote.
Todos tuvieron como recuerdo de este aniversario una casulla y una bendición apostólica del Papa Francisco.
La jornada concluyó con un almuerzo en el Hotel Puerta de la Luna.