Don Sebastián conoce la casa madre de las Hermanas de la Cruz en Sevilla
26 mayo de 2023Lleno de gozo, el Obispo de Jaén, Don Sebastián Chico Martínez, tuvo la oportunidad, este jueves, de participar en la Eucaristía que cada mañana celebran las Hermanas de la Cruz, en la misma casa que fundara Santa Ángela.
Acompañado por el secretario Canciller y por su secretario particular, pusieron ante la mesa del altar las intenciones de estas mujeres que hacen vida, cada día, el carisma de Santa Ángela, dedicadas en cuerpo y alma a los pobres y a los que sufren, desde la austeridad, el compromiso y la pobreza.
Durante la Eucaristía, el Obispo de Jaén, con la vista puesta en Pentecostés, exhortó a las Hermanas: “Desde esta realidad pascual, donde se nos llama a un nuevo renacer con la gracia del Espíritu, una pregunta: ¿qué espera la Iglesia de vosotras, de la vida religiosa? La iglesia es Cristo en medio de los hombres, esperanza de la gloria. Entonces, cuando decimos ¿Qué espera la Iglesia de la vida religiosa? Hay que preguntarse en el fondo, ¿Qué espera Cristo de la vida religiosa?”. Para él mismo seguir profundizando: “Hermanas, hay que despojarse, empobrecerse, ponerse en total disponibilidad ante el Señor, y preguntarle: Señor ¿qué quieres tú de mí? ¿y de mi comunidad, de mi Instituto? En este momento difícil, de noche y de claridades, de tempestades y de serenidad; en este momento de mucho dolor y de mucha esperanza; Señor ¿qué quieres de mí, ¿cómo tengo que hacer a mis comunidades?… y escucharemos que el Señor nos dice: trata de formar comunidades en las cuales se toque, se experimente, se sienta la alegría contagiosa y transformadora de la resurrección del Señor”.
Ante de concluir su predicación, Don Sebastián agradeció la acogida y la labor que las mujeres de esta congregación de las Hermanas de la Cruz llevan a cabo en la sociedad, llevando el Evangelio y besando, en los más desfavorecidos y pobres, las llagas de Cristo. “Queridas hermanas. Pido especialmente por vosotras en esta Eucaristía, para que seáis un grito profético de esperanza para todos nosotros y nuestra sociedad. Pues una vida exclusiva y radicalmente entregada al Evangelio necesariamente anuncia que la salvación llegó, que el reino de Dios ya está en medio de nosotros, que Jesús resucitó y es el Señor de la historia… Él es nuestra salvación”.
Antes de abandonar la casa madre, tuvo la oportunidad de visitar las dependencias de este convento sevillano y venerar algunas reliquias de su fundadora, con un profundo agradecimiento a la generosidad que con él mostraron las Hermanas de la compañía de la Cruz.