La Delegación para el apostolado de la oración y la espiritualidad es el organismo que ha de colaborar con el Obispo en la programación y promoción de la acción de la Iglesia en el ámbito de la espiritualidad.

Sus tareas principales son:

1. Promover la formación espiritual de los laicos.
2. Potenciar la vida de oración, personal y comunitaria, en la Diócesis.
3. Programar, de acuerdo con las demás Delegaciones, retiros y ejercicios
espirituales para los laicos.
4. Participar en los organismos eclesiales, regionales y nacionales, de apostolado de oración y espiritualidad.

Se encuentran bajo el cuidado y coordinación de esta Delegación los siguientes servicios y realidades eclesiales:

• Servicio de Coordinación de Movimientos Eucarísticos
  • Adoración nocturna masculina (ANE),
  • Adoración nocturna femenina (ANFE),
  • Apostolado de la oración,
  • Unión eucarística reparadora
• Servicio para retiros, ejercicios espirituales y acompañamiento espiritual.

• Rvdo. Sr. D. Sebastián Guerrero Fernández: Delegado Episcopal
• Sergio Ramírez Pareja: Director del Secretariado Apostolado de la oración. Grupo de oración San Pío
• Hna. Alejandra Jiménez Badillo HMSS: Casa de Espiritualidad “San Juan de Ávila” de La Yedra
• Hna. Mª Carolina Razo Estrada  (Nazarena): UNER
• Pedro Talavera Lara: ANE
• Joaquina Almazán Hurtado: ANE
• Jacinto Quesada Rincón: Diaconado permanente
• Maribel Herrera Herrera: Ministerio de la música
• Fernando Cazorla Morillas: Ministerio de la música
• Angelines Carmona Jiménez: Oración carismática
• Antonio Herrera Carrasco. Oración monástica
• Lola Torres Sacasa: Oración parroquial
• Paqui Romero Narváez: Espiritualidad Cursillos Cristiandad
• Antonio José Jiménez Expósito: Espiritualidad cofradías.

El logo muestra la silueta del Santo Rostro como expresión del deseo que ésta tiene, a través de los Secretariados y grupos que la componen, de ayudar a los cristianos que peregrinan en esta Diócesis de Jaén a propiciar el encuentro con el Señor Resucitado.
Un encuentro tiene lugar hoy a través de las páginas entreabiertas de la Sagrada Escritura -cuya imagen emerge de la silueta de la barba del icono– y de la acción sacramental del Espíritu Santo que provoca constantemente un perenne Pentecostés en la Iglesia.