Curso de Dinámicas de grupo para Catequistas
22 febrero de 2009Ver Fotos del Curso Descargar Powerpoint del Ponente: Técnicas de Dinámica de Grupo (ppt) Descargar Cientos de Técnicas de Dinámica de Grupo (zip) Descargar Anexos de Dinámicas de Grupo (zip) Descargar Dinámicas para la Catequesis (doc) |
El Curso práctico de Dinámicas de grupo, celebrado el sábado 21 de febrero, no defraudó a ninguno de los asistentes. El director del Curso, el salesiano José Luis Aguirre Macías (“Pepelu”), pronto mostró su gran experiencia en el trabajo con jóvenes y su pericia en la dinámica de grupos.
Cuando se programó el Curso José Luis ("Pepelu") puso tan sólo dos condiciones: que el grupo en ningún momento podía superar los 60 participantes. El número ideal debería oscilar los 30-40, y como máximo 60. Incluso ofreció la posibilidad de realizar dos Cursos en días distintos, si el número era de 100 participantes, como en otras ocasiones. La segunda condición tenía que ver con el espacio: nada de butacas estáticas, en plan de cine, sino que, dado el carácter práctico, hacía falta un local amplio con sillas fácilmente movibles en el que rápidamente se pudieran colocar los participantes en círculo, en grupos de 6, en parejas, etc.
Esto nos hizo lanzar este Curso especialmente para catequistas de poscomunión y de confirmación.
Por la mañana, asistieron 56 catequistas de edad homogénea, que pronto entraron al trapo de lo que se les pedía. El Director del Curso desde el principio comenzó a utilizar técnicas, alternándolas con explicaciones teóricas: Braingtorming, Philips 66, cuchicheo… Las tres horas de la mañana se pasaron sin darnos cuenta.
Por la tarde, se reunieron 44 catequistas. José Luis, "Pepelu", aprovechó la experiencia de la mañana para emplear un amplio elenco de técnicas de dinámicas de grupo: el formulario, cadena de nombres, naranja-limón; disparar el nombre, el cartero real… La última parte se realizó en parejas y con técnicas de más profundización.
En resumen, un curso experiencial, que nos ha llenado de ilusión por comunicar desde el respeto al discípulo, aunque con la conciencia de que tan sólo son instrumentos o técnicas y no fines en sí mismos.
Todos los asistentes, sin excepción, salimos con la sensación de que había merecido la pena emplear un día en aprender estas técnicas, con la convicción de que volveríamos a hacer un curso semejante, y sobre todo con la dicha por haber vencido la inercia de quedarnos en casa o en nuestras cosas.