Carta Pastoral: Recordamos a quienes nos dejaron

30 octubre de 2014
     Queridos fieles diocesanos:
     1. En los primeros días de noviembre nuestros pasos y sentimientos se dirigen, en muchos de nosotros, a los cementerios.
     Seguimos recordando a quienes nos dieron la vida, la amistad, su cercanía. De nuestro corazón brota espontáneamente una plegaria, como expresión de nuestra fe, y les llevamos unas flores, como testimonio de nuestro cariño.

     Sus nombres están grabados en letras imborrables en nuestro corazón. Su vida vive en nosotros como continuadores de la obra que ellos comenzaron y dejaron en nuestras manos. Descansan en Dios, que es el final de nuestro camino también. Se encuentran, no sabemos cómo, en la región de la luz y de la paz para siempre, con palabras de la Sagrada Escritura. Mirarán con ternura a los que vamos de camino hacia la vida eterna.
     2. Los cristianos experimentamos, como los demás seres humanos, el enigma de la muerte y podemos sufrir desconcierto ante determinadas separaciones prematuras de personas queridas o inocentes. Sin embargo, la fe en Jesucristo, convierte este enigma en respuesta llena de esperanza. Quienes creemos en Él, morimos como Él murió, pero será una muerte temporal.
     Para el cristiano supone un inmenso consuelo saber por la revelación de Dios que “del mismo modo que Cristo ha resucitado de entre los muertos, y que vive para siempre, igualmente los justos después de su muerte, vivirán para siempre en Cristo Resucitado” (Catecismo de la Iglesia Católica, 989).
     Nos lo dijo Jesús: “Yo soy la resurrección y la vida, el que cree en mí, aunque haya muerto vivirá, y el que está vivo y cree en mí, no morirá para siempre” (Jn. 11, 25).
     3. Para un cristiano la muerte es el final de su entrega terrena, pero no el final “de nuestro ser” (san Ambrosio).
     Expresa una gran verdad quien sostiene y enseña que la muerte no es el final del camino, sino luz que ilumina todo el recorrido en este mundo. Sólo a la luz de la meta se esclarece el sentido que tienen las diversas etapas de esta vida.
     La convicción cristiana de que la muerte es la prolongación de esta vida, aunque de forma muy diferente, es tan fuerte, por que se apoya en la Revelación de Dios y en la propia inclinación humana a favor de la inmortalidad. La Iglesia en su liturgia canta así en el día del entierro: “la vida de los que en Ti creemos, no termina, se transforma. Y, al deshacerse nuestra morada temporal, adquirimos una mansión eterna en el cielo” (Prefacio Misa de difuntos).
     Somos cristianos hechos por Dios a su imagen y, por eso, inmortales.
     4. Al final del año litúrgico la Iglesia, durante el mes de noviembre hasta el Adviento, nos invita no sólo a profundizar en nuestro recuerdo y comunión con los seres queridos, a ofrecer sufragios y oraciones por si los necesitaran, también a estar nosotros siempre preparados y vigilantes. La vida en este mundo se nos ha dado también para preparar la vida eterna junto a Dios Padre.
     Estar siempre en amistad íntima con Jesús, es la mejor preparación. Y, ¿cómo se está cerca de Jesucristo?: con la oración, los sacramentos y la práctica de la caridad.
     Decía el Papa Francisco el pasado 27 de noviembre de 2013: “Quien practica la misericordia no teme a la muerte. ¿Por qué no teme a la muerte?, se preguntaba. Porque la mira a la cara en las heridas de los hermanos y la supera con el amor cristiano. Si abrimos la puerta de nuestra vida y nuestro corazón, añadió, a nuestros hermanos más pequeños, entonces incluso nuestra muerte se convertirá en una puerta que nos introducirá en el cielo” [1].
     Que nuestros hermanos difuntos descansen en paz. Amén.
+ Ramón del Hoyo López
      Obispo de Jaén
 
 
[1] PAPA FRANCISCO: Audiencia general, Plaza de San Pedro, miércoles 27 de noviembre de 2013.
 

 
Compartir:

OTRAS NOTICIAS

Cartas Pastorales
Carta Pastoral Pascua 2024: «Triunfa la vida»

Carta Pastoral Pascua 2024: «Triunfa la vida»

Desde hace veinte siglos la Iglesia viene anunciando esta gran noticia: el mismo que expiró en la cruz, el que fue envuelto en lienzos y sepultado, cumplió su palabra: «Al tercer día resucitaré» (Mt 27,63). La muerte ha sido vencida y ha triunfado la vida. Su nueva vida ya no es vida terrena sino vida en plenitud, propia de Dios. Pero más allá de este hecho histórico, el triunfo de Cristo trasciende las leyes de la historia y es la parte central del mensaje cristiano.
Carta pastoral con motivo del Día del Seminario «Padre, envíanos pastores»

Carta pastoral con motivo del Día del Seminario «Padre, envíanos pastores»

Como cada año, la Iglesia celebra en torno a la fiesta de San José el Día del Seminario. Este año 2024 será entre los días 17 al 19 de marzo, con el lema «Padre, envíanos sacerdotes». Se trata de una ocasión propicia para que en todas las comunidades parroquiales intensifiquemos la oración por las vocaciones al sacerdocio, para que el Dueño de la mies envíe muchas y santas vocaciones que sean canales de la gracia y la misericordia del Señor para nuestra Diócesis.
Carta Pastoral Cuaresma 2024: «Subamos a Jerusalén»

Carta Pastoral Cuaresma 2024: «Subamos a Jerusalén»

Iniciamos el camino de la Santa Cuaresma y, con ella, nuestra subida anual a Jerusalén con Jesús. Un camino de cuarenta días que nos lleva a una meta segura: la Pascua de la Resurrección del Señor, a la victoria de Cristo sobre el pecado y de la Vida sobre la muerte.
Carta Pastoral en la Jornada Mundial del Enfermo 2024“Dar esperanza en la tristeza”

Carta Pastoral en la Jornada Mundial del Enfermo 2024“Dar esperanza en la tristeza”

El próximo 11 de febrero, memoria litúrgica de Nuestra Señora de Lourdes, la Iglesia universal celebra la Jornada Mundial del Enfermo. Este año, el lema elegido para conmemorar este día es “Dar esperanza en la tristeza”. La Iglesia quiere poner su mirada maternal en aquellas personas que atraviesan enfermedades o momentos de sufrimiento psicológico.
© 2022 Diócesis de Jaén
Accesibilidad
logo